El corazón de un buen jugador de poker puede ser definido por lo que es su objetivo. El jugador eficaz es aquel que su objetivo es hacer algo de dinero y salir, y hace precisamente eso. Además, siempre es muy consciente de sus limitaciones como jugador, con un plan estructurado para jugar rápido y retirarse de la mesa con dinero.
Un gran grupo de jugadores de poker dudan acerca de su verdadera destreza de poker. Sus egos pueden ser muy grandes en este juego de intimidación y de asunción de riesgos. Ellos nunca han entendido la complejidad del juego agradable y no invierten tiempo en aprender por si mismos sus matices y ha
bilidades necesarios para desempeñar el juego con éxito.
La diversión del juego es su propia complejidad, y les lleva toda una vida aprender realmente bien, e incluso nuevas ideas le quedan por descubrir. El jugador entiende que esto tendrá una carrera rentable en una mesa de poker.
Algunos jugadores tienen memoria y salen ganadores a largo plazo. Ellos no ven el juego como un proceso, pero sin embargo ganan, y si ese es su propósito, entonces son buenos jugadores de poker.
Para los jugadores que el poker es un arte, los tipos mencionados no son jugadores de un estilo de póker verdadero, no está mal, pero no es real. Ellos están en los clubes, pero no son las estrellas.
El buen jugador está buscando el crecimiento y la penetración constante, intentan mejorar su juego cada vez más. Ellos no entienden que el juego es una mezcla compleja de habilidad y percepción. Conocen sus debilidades y trabajan duro para mejorar sus puntos buenos, mientras que disminuyen la vulnerabilidad de los malos.