La consecuencia directa de la creciente agresividad en el poker es que un gran número de jugadores basan su estrategia en ser más agresivos que el resto. Pero la agresividad no controlada es, por el contrario, una ventaja para los rivales. Si se tratara de una batalla, siempre es mejor atacar primer y tomar la iniciativa; pero si el ataque se dirige a la parte menos vulnerable del ejército enemigo, sin tratar primero de encontrar las debilidades, entonces el resultado será catastrófico.
Muchos jugadores creen que juegan mucho mejor de lo que en realidad lo hacen. Creen que con jugadas exóticas confundirán a sus rivales y buscan juegos en los que un error no sea demasiado costoso. Los juegos short-handed, a pesar de ser más costosos en términos de rake, son la mejor oportunidad para hacer dinero en el poker online, porque encontraremos muchos rivales débiles, con malas estrategias.
El poker ganador se relaciona con la ventaja, es decir, ponernos en situaciones matemáticamente favorables una y otra vez. Podemos crear esas situaciones o podemos dejar que nuestros rivales cometan errores. El ejemplo más obvio es jugar contra un jugador que está en tilt. Los jugadores hiper-agresivos son los que más fácilmente entran en tilt, porque comienzan a cometer errores por exceso de “movimiento”: juegan todas las manos, farolean, suben la apuesta permanentemente, pocas veces (o nunca) abandonan. El ego de estos jugadores juega un papel importante, ya que tienen un sentido equivocado de sus habilidades.
Lo mejor que podemos hacer es dejar que jueguen en forma agresiva y comiencen a perder fichas. Les damos la oportunidad de hacer todas las jugadas que quieran, usamos su propia energía en su contra, sin intentar ser más agresivos que ellos. Mostrarnos débiles cuando son agresivos y viceversa suele confundirlos y, en muchos casos, asustarlos.
Agresividad en el Poker Online
El poker online se ha vuelto mucho más agresivo que en los primeros tiempos de su existencia. Por un lado eso es muy bueno, ya que el poker agresivo siempre es mejor, desde el punto de vista estratégico, que el poker pasivo. Y esto sucede no sólo en los torneos sino también en los juegos full ring. Como en todo, los extremos nunca son buenos: la agresividad desmedida es perjudicial, especialmente cuando jugamos contra rivales muy habilidosos. La agresividad sirve contra jugadores débiles y/o conservadores e incluso contra maníacos. Y particularmente en las mesas short handed.
La consecuencia de este aumento de la agresividad es que muchos jugadores basan su juego sólo en ser más agresivos que el resto. Y, además, creen que, por esto, son mejores jugadores que el resto. Piensan que su estrategia sorprenderá a sus rivales y buscan tipos de juego, como el Hold’em short handed o heads-up en los que puedan hacer “jugadas sorprendentes”. En limit games, un error en estas jugadas quizás no les cueste demasiado dinero, aunque sí les costará en rake.
El poker ganador es acerca de la ventaja, es decir, de cómo ponernos en situaciones matemáticamente favorables una y otra vez. Podemos ponernos en ventaja por nuestras propias acciones, como una buena selección de manos o juegos, o podemos hacerlo permitiendo que nuestros rivales hagan jugadas matemáticamente desventajosas para ellos. El ejemplo más claro es cuando jugamos contra rivales que están en tilt, fuera de control .
Lo que ofrece el juego short handed (además de jugadores que entran más frecuentemente en tilt porque juegan más manos y pierden más manos) es una cantidad de juegos extremadamente agresivos que tratan de ganar todas las manos que juegan , porque creen que tienen habilidades superiores y una estrategia fantástica. Siguen jugando aún cuando debieran haber abandonado muchas manos antes. ¿Qué hacemos en eso casos? Dejamos que esos jugadores agresivos sin sentido pierdan sus fichas. Más aún, los animamos a hacerlo, mostrándonos débiles cuando tenesmo una buena mano, lo cual los animará a ponerse más agresivos y arriesgar más fichas. Nunca notarán que se trata de una trampa.
Jujitsu es el arte marcial que usa la energía del atacante en su propia contra, sin oponérsele en forma directa. La mejor manera de lidiar con ese tipo de jugadores súper agresivos no consiste en ponernos más agresivos que ellos, sino en permitir que su propia agresividad se les vuelva en contra. Si combinamos esto con mostrarnos agresivos cuando tenemos manos marginales, y mostrarnos débiles con manos fuertes, es altamente probable que venzamos sin demasiado problema.